La Luna y sus efectos en la vida en la Tierra

La Luna, ese satélite que ha presenciado el origen de la humanidad girando alrededor del planeta Tierra sin cesar. Satélite que es dueño y señor de la noche porque es su luz la que ilumina a la tierra cuando el astro rey se esconde. La Luna puede tener diferentes efectos en la Tierra y en la vida de sus habitantes como pueden ser el comportamiento humano, la influencia en el sueño según la fase en la que se encuentre la luna o el crecimiento de las plantas entre otros.

En principio puede surgir la duda de no saber ni cómo, ni cuándo llegó a estar el satélite donde se encuentra actualmente. Se descubrió que la Luna tiene la misma composición de la Tierra con lo que se dedujo que surgió durante la formación del cuerpo celeste. Todo se produjo a raíz de una macro colisión que tuvo la Tierra con un exoplaneta del tamaño de Marte, de dicho choque se desprendió una parte del planeta que se fue separando poco a poco pero a la vez atraída por la fuerza gravitatoria de la Tierra. Hay que añadir que el proceso de separación sigue produciéndose a día de hoy, concretamente 38 milímetros al año.

Aparte de ser el satélite de la Tierra, la Luna provoca numerosos efectos que afectan directa o indirectamente, a la vida de las personas. Los diferentes efectos que se pueden producir repercuten en las mareas, en el crecimiento de las plantas y cosechas, o incluso al sueño, a la menstruación o al comportamiento humano, aunque esto último se trate de pseudociencia, ya que no está demostrado al 100%.

Uno de los efectos más comunes que ejerce la Luna sobre la Tierra es la influencia sobre las mareas. El movimiento de agua asociado se produce porque la gravedad de la Luna intenta deformar la masa de la Tierra, esto es lo que se denomina el gradiente gravitatorio, que es en definitiva lo que produce las mareas lunares. Puede ocurrir también que se produzcan eclipses lunares, debido a la rotación de la Luna y de la Tierra a veces se puede producir la circunstancia de que el satélite sea capaz de tapar la luz del sol, aún siendo éste 400 veces de tamaño superior. Esto se debe a la distancia a la que se encuentra el astro con respecto al satélite.

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En la antigüedad se pensaba que la intensidad de la luz de la luna afectaba al crecimiento de las plantas y de las diferentes verduras que se cultivaban. Recientemente unos estudios han demostrado que este hecho es cierto, es decir que según la intensidad de luz de la luna en cada fase favorecerá o desacelerará el crecimiento. En cuarto creciente la luz lunar va en aumento y las plantas tienen un crecimiento equilibrado. Durante la Luna llena la intensidad de luz sigue en aumento y esto favorece a que haya un mayor crecimiento del follaje pero desciende la velocidad de crecimiento de la raíz. En cuarto menguante la intensidad de los rayos luminosos disminuye y es un momento en el que las raíces de las plantas se encuentran en su plenitud de crecimiento con lo que sería el momento idóneo para poder traspasar la planta en cuestión. Por último en la fase de Luna nueva se observa que sigue disminuyendo la intensidad de luz lunar lo que lleva a que la planta tenga un ritmo de crecimiento muy bajo. La conclusión sobre estos hechos es que la Luna al afectar al crecimiento de las plantas y verduras, llega a afectar a los alimentos que consumen los seres vivos del planeta.

Es posible que la Luna sea capaz de crear diferentes efectos en las personas, como por ejemplo, las alteraciones en el sueño según el ciclo lunar o el cambio de comportamiento de las personas, también conocido como efecto lunar. En un estudio realizado por un equipo internacional de investigadores, llegaron a descubrir después de estar durante 28 meses monitorizando el sueño de 5.812 niños, ya que son más susceptibles al sueño profundo que los adultos, ocurría que cuando estaba la Luna en fase de Luna Llena, los niños dormían de media 5 minutos menos con respecto a las otras fases lunares, lo que suponía una alteración del 1%. No se trata de un cambio muy significativo pero demuestra que la Luna puede alterar los ritmos de sueños mínimamente.

Por otro lado se encuentra la creencia del llamado efecto lunar, que quiere decir que durante los episodios de Luna Llena se producen comportamientos erráticos de las personas. Este hecho se comenzó a estudiar científicamente pero los resultados obtenidos no supusieron concluyentes porque solo se observaban mínimos resultados que no eran congruentes entre sí, con lo que se confirma que el efecto lunar es una creencia pseudocientífica ya que no se ha podido demostrar con datos científicos objetivos.

El pasado 15 de noviembre de 2016 se presenció un episodio insólito, la Superluna, hecho que hizo que se viese el tamaño de la Luna llena un 14% más grande lo normal, con un 30%  más de brillo con lo que se afirmaría el incremento de los hechos que se han descrito anteriormente.

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